El cambio climático implica consecuencias de largo alcance para todos los aspectos de nuestra vida; desde el medio ambiente en que vivimos, las plagas y enfermedades que enfrentamos, los sectores en los que trabajamos y la infraestructura de la que dependemos, hasta la agricultura y ganadería que a futuro podríamos producir.
Con tantas áreas que necesitan atención, en el año 2010 la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) presentó los Planes Nacionales de Adaptación (NAP, por sus siglas en inglés) para fomentar la planificación intersectorial integrada para la adaptación al cambio climático. Los NAP se proponen como un medio para hacer frente a las más urgentes medidas relacionadas con la adaptación al cambio climático y la seguridad alimentaria.
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Foto: N. Fabbri